De la serie CERCA

El cercado de un terreno o una parcela responde primeramente a una necesidad de resguardo y de protección contra amenazas externas que pueden poner en riesgo la vida de animales o cultivos y, al mismo tiempo, una suerte de contención y control de éstos.

Pero es también una delimitación y una definición del territorio. La parcela define, de cierto modo, a la persona; su actividad, su cultura, sus raíces…

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Son en su mayoría dibujos en carboncillo sobre lienzo, que aluden al concepto de cerca como elemento de protección y definición de un terruño.

La cerca natural remite al nido de las aves; una suerte de tejido estructural complejo, frágil y sólido a la vez, que envuelve, contiene y protege algo en su interior. Algo valioso. Esas estructuras son valiosas en sí porque surgen y se hacen en función de lo que contienen.

El dibujo se construye también; esos tejidos van surgiendo y creando volúmenes extraños, creando ritmos y contrastes fuertes gracias a los tonos sorprendentes del carboncillo. No son sólo una referencia visual de las cercas naturales; se vuelven cercas en sí, estructuras casi tridimensionales, cargadas de contenido, incierto quizás, pero latente.

El terruño es también esa parcela. Es tierra. Y un desarraigo forzado no es sólo la pérdida física de la tierra, se lleva consigo vida, cultura e identidad. Trozos de tierra arrancada, cual muestra de estudio de suelos, fuertes y pesados, deambulan por espacios que hacen referencia al hogar, como telas estampadas o papel de colgadura.

CERCA es una serie de obras que aluden a la protección, a la pertenencia y al arraigo, pero son imágenes ya lejanas, recuerdos quizás. Un equipaje pesado y valioso.

Ivan Rickenmann,

Bogotá, septiembre 2023.

BAGAJE, 2020, óleo y esmalte sobre plexiglass, 120 x 30 cm cada uno